Quien en uno de sus escritos expresa de manera magistral qué debe hacer un aspirante a escritor para crear un verso:
"Para escribir un solo verso, hay que haber visto muchas ciudades,
muchos hombres y muchas cosas; hay que conocer a los
animales, hay que haber sentido el vuelo de los pájaros y saber
qué movimientos hacen las flores al abrirse por la mañana.
Hay que tener recuerdo de muchas noches de amor, todas
distintas, de gritos de mujer con dolores de parto y de parturientas,
ligeras, blancas y dormidas, volviéndose a cerrar. Y haber
estado junto a moribundos, y al lado de un muerto, con la ventana
abierta, por la que llegarán, de vez en cuando, los ruidos
del exterior. Y tampoco basta con tener recuerdos. Hay que saber
olvidarlos cuando son muchos, y hay que tener la inmensa
paciencia de esperar a que vuelvan. Pues no sirven los recuerdos.
Tienen que convertirse en sangre, mirada, gesto; y cuando
ya no tienen nombre, ni se distinguen de nosotros, entonces
puede suceder que, en un momento dado, brote de ellos la primera
palabra de un verso."
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