martes, 7 de julio de 2015

La insuficiencia.

Pasaba por alto sus defectos que eran muchos; cruel, desleal, prepotente y altanera por mencionar los principales. Lo obviaba como si se tratase de su propia nariz en medio de los ojos. Intentaba con anhelo resaltar sus virtudes que eran pocas, y que en su mayoría dependían de su estado de ánimo. Hizo mil intentos, todos en vano. Puso todo de su alma, todo en vano.

Acariciaba su cabello mientras ella, distraída, pensaba en la ropa que usaría al día siguiente, él, flechado, pensaba en cuanto la quería.

En particular no tengo una postura definida sobre el amor -le dijo su padre un día- pero he aprendido, que quien no se enamora de ti casi al instante, al conocerte, al saberte interesado en su persona, nunca lo hará. Por más que trates de ser agradable, de andar bien vestido y perfumado, prolijamente peinado, por más romántico, gracioso o dulce, nunca será suficiente. Aunque otras personas te vean como un amor platónico y sepan valorar quién eres, esa, en particular, le restará toda la importancia posible, lanzándote a lo que en su vida sería, un estante de cachivaches viejos y llenos de polvo.

...Aún así, estuvo enamorado de ella hasta el último instante, inclusive, de la curvatura que se formaba en su espalda, la cual miró con un suspiro mientras ella se alejaba.

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