jueves, 9 de agosto de 2018

Leyendas.

Narra una leyenda hawaiana que todos nos convertimos en estrellas al morir, que cuando miras al cielo cada estrella por escasamente visible que sea, es alguien que murió.

Mientras más lejos se encuentran, más viles fueron como seres humanos. Ese es su castigo eterno; la lejanía, la soledad y el frío cósmico.

Quienes fueron bondadosos se convierten en estrellas más cercanas a la tierra, y constantemente vigilan a los suyos con la esperanza, de que alguna vez al brillar con fervor en la noche oscura, se hagan notar por la mirada distraída de uno de sus seres amados.

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