viernes, 3 de agosto de 2018

Entre las patas de los caballos.

Fui vecina de una joven pareja. Vivían juntos en el apartamento de al lado y casi al instante nos hicimos muy buenos amigos, el chico era médico, ella era artista.

Salía con ambos y también compartía con cada uno a solas, en general me gustaba mucho hacerles de tercera rueda. Ellos se conocían desde la adolescencia, fueron mutuamente el primer amor del otro.

Los vi en muchas ocasiones ir y venir entre peleas y discusiones, a veces ella se iba del apartamento y otras veces lo hacía él. Las quejas entonces me llegaban de los dos lados, él; que ella era muy desordenada, que no sabía que hacer con su vida, que quería ser un alma demasiado libre para esta época contemporánea, que lo volvía loco. Ella; se desahogaba diciendo lo oprimida que se sentía por él, manipulada, juzgada, prefería estar sola a continuar con esa toxicidad que la abrumaba. Yo, desde afuera de la relación sabía que eran el uno para el otro -pocas cosas en la vida me han generado tanta certeza-, y los escuchaba, los aconsejaba, los entendía y no tomaba un bando definido porque les tenía cariño a ambos.

En los lapsos de tiempo en que no estaban juntos, él salía con otras chicas, se entretenía, se divertía, pero nunca lo vi reír de la misma forma en que lo hacía como con ella, nunca vi sus ojos brillar con la intensidad que lo hacían cuando estaba junto a ella. 

Su última pelea -que parecía definitiva- hizo que él finalmente se fuese a vivir solo, se separaron, dividieron bienes y él se fue lejos. No recuerdo con exactitud si pasaron tres o cuatro meses, pero ella comenzó a visitarlo a su nuevo apartamento, con excusas simples como ayudarlo a lavar la ropa.

Después de sus encuentros, ella decidió que lo mejor era abandonar el país para comenzar una nueva vida lejos de él, y así lo hizo. Me imagino que él quedó muy aturdido al verse irremediablemente sin ella, y luego de un breve tiempo, casualmente tuvo que viajar al mismo país, a la misma ciudad donde se encontraba ella.

Más tarde vi que volvieron a estar juntos, felices, en otra tierra, con otros aires.

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