Y es en estos últimos veintiún segundos que surge todo aquello de lo que el ser humano tiene registro. Desde el asentamiento de las primeras civilizaciones, hasta el inicio de los viajes espaciales y la exploración planetaria.
Tomando en cuenta el promedio de vida de un ser humano en este calendario figurado, a cada uno de nosotros tan solo nos competen cero con quince céntimas (0,15) de un segundo... cero con quince céntimas. Lo que en palabras llanas se traduce a prácticamente nada.
El mesero que te atendió en el restaurante, la gente que ves cruzar mientras estás en un parque, tus compañeros de trabajo, los actuales gobernantes, aquel extraño que saludaste por cortesía en un ascensor y el amor de tu vida. Todos estamos aquí agotando nuestros invaluables 0,15 segundos que serán el minúsculo registro de nuestro paso por el cosmos. Y el hecho de que dentro de todos los acontecimientos que se tuvieron que desencadenar por millones de años, coexistas con alguien en el mismo espacio/tiempo, para mi es algo fascinante y estremecedor.
Ninguno de
ellos nació un siglo antes o un siglo después, están en esta época y de alguna
manera surgió la increíble casualidad de que te fijaras en su existencia... de
que reconocieras también, sus 0,15 segundos únicos e irrepetibles.
Mi preferido hasta el momento .
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